Vamos a por el 2025…

El año 2024 está tocando a su fin.

Como todos, ha tenido sus cosas buenas y sus cosas malas, pero la tragedia de la Dana ha superado con creces lo imaginable.

En España, el dolor ha llegado en forma de desastre natural que ha producido unas terribles inundaciones en Valencia y en Castilla-La Mancha, causando más de doscientos muertos y dejando a miles de personas sin hogar, sin coche, sin trabajo y sin porvenir.

Aunque, desgraciadamente la pérdida de víctimas es irrecuperable, queda por hacer una importante labor de reconstrucción para devolver a todos los afectados la esperanza y el futuro perdidos, ese es uno de los mayores retos que nos impone el nuevo año.

Como parte positiva hemos podido ser testigos de la gran avalancha de solidaridad que se desplegó en España para socorrer a los damnificados, sobre todo por parte de nuestros jóvenes, admirable generación que no han dudado en acudir en tromba para ayudarlos.

       

Y, fuera de nuestro entorno, siguen ocurriendo atroces conflictos bélicos. El 2024 ha estado marcado principalmente por dos grandes guerras: Rusia y Ucrania e Israel y Gaza, cada una causando terribles y graves consecuencias humanitarias que parecen no tener fin.

Esto ha provocado en todo el mundo la subida de los precios de los carburantes, la energía y los alimentos, haciendo el día a día mucho más difícil para muchas personas que ya se consideran al límite y, por si fuera poco, a esto hay que sumarle el alto precio de la vivienda.

Y ese otro tema, delicado y complejo, que implica el desplazamiento de tantas y tantas personas que buscan mejores oportunidades para realizar su proyecto de vida. La mayor parte de ellos arriesgando su vida al huir de conflictos y persecuciones, de la miseria, de la intolerancia y de la falta de libertad. El acogerlos adecuadamente es un gran reto para los países de destino, y el nuestro es uno de los más implicados, por el gran número de individuos que reciben cada día.

El desencuentro de nuestros políticos y la polarización social también se han hecho insoportables y han agudizado nuestro rechazo y desconfianza. Es misión imposible pedirles en nuestros días que gobiernen para España y los españoles, y no por sus intereses políticos y electorales, sin confundirnos ni enfrentarnos, sino que gobiernen en el entendimiento. Así se hace muy difícil que mejoremos y avancemos como sociedad, y resolvamos los graves problemas que se nos presentan.

Este año ha estado igualmente acentuado por desafíos y cambios en todo el mundo, e importantes avances en tecnología, medicina, ciencia y en el imprevisible campo de la inteligencia artificial que nos da bastante miedo.

En el ámbito deportivo hemos tenido muchas satisfacciones, la Eurocopa ganada por nuestra selección y las 18 medallas conseguidas en las Olimpiadas de París. La despedida de Rafael Nadal, el mejor deportista de todos los tiempos, un orgullo nacional que nos ha dado tantas alegrías y al que poco más se le puede pedir, aunque nos ha dejado un poco tristes.

Personalmente, cada año que pasa me deja claro que tenemos que aprender a adaptarnos a las nuevas realidades y a saber valorar más que nunca el tiempo que pasamos con nuestros seres queridos.

Tenemos que ser conscientes que llevamos para el año 2025 las mochilas llenas con las lecciones aprendidas y los momentos del pasado año que, si bien a veces han sido duros, seguro que nos han hecho más fuertes.

Yo, principalmente, le pido al nuevo año mucha salud para los míos y para mí, que nunca me falte el empeño para realizar nuevos proyectos que me motiven e ilusionen hacia metas realistas y específicas. Quiero poder celebrar los pequeños logros y comprender que la felicidad está en saber apreciar las grandes y pequeñas cosas que se nos ofrecen cada día y que el mejor regalo del que podemos disfrutar es la vida.  Ser más paciente me gustaría, y seguir aportando cosas buenas para ganarme el respeto y el cariño de las personas que me quieren.

                             

Mejorar mi comunicación con los demás es otro de mis propósitos, intentando evitar discusiones y enfados con nuestros familiares y amigos, centrándome solo en compartir todo lo provechoso que nos une y optimizando al máximo el tiempo que nos podamos dedicar.

Seguir deleitándome con la lectura, apreciar la cultura, viajar, el sol y la naturaleza. Pintar, escribir, oír buena música, ver buen cine. Amar y ser amada. Y, en la medida de lo posible, poner fin a las malas costumbres.

Y, por sí fuera poco, al 2025 le pido qué seamos cada día mejores, en nuestras obras, palabras, decisiones y omisiones, que no nos equivoquemos, que hagamos las cosas bien; recordando siempre que los objetivos realistas y bien planificados son los que nos llevarán más lejos.

Quiero seguir aprendiendo de los errores del pasado llevando por bandera el entusiasmo, el respeto y la tolerancia, reconociendo que ésta es la oportunidad perfecta para empezar de nuevo con más fuerza y motivación, en busca de la felicidad que se experimenta cuando se es consciente de la tarea cumplida, la mayor recompensa.

Manos a la obra, queda mucho por hacer y …  ¡Feliz Año 2025!

27 diciembre, 2024
Ana María Pantoja

 

6 comentarios en «Vamos a por el 2025…»

  1. Año tras año, generación tras generación, cosas malas cosas buenas. Todo tiene su tiempo debajo del sol, palabras de Salomón, el hombre más sabio de la tierra, había tenido todo, mujeres, riquezas. Diciendo todo es vanidad. Darle el control de tu vida a Dios. El Eterno sabe lo que pasará en el 2025. Confiemos y como dices Ana siempre listos para el próximo reto.

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  2. Buen resumen del año y ojalá hiciéramos nuestros todos tus propósitos de conciliación y convivencia, mejor nos iría.
    Feliz Año 2025!

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