Amanece.
Por detrás del Peñón se asoma el rojo sol, una esfera incandescente que parece va a echar a arder.
El mar es de plata y los primeros pájaros del alba cantan.
El cielo azulea a través de las suaves nubes que deja la noche.
Las olas rompen serenamente sobre la orilla de arena y piedra dejando un manso rumor.
Los pinos bailan al son de la melodiosa brisa perfumando el camino.
Y de pronto, en el horizonte, aparece Él, elegante y sereno, El Cisne.
Como cada mañana navega y surca las aguas del Mediterráneo. Diferente a cualquiera de su especie, deja la rivera para desembocar en el mar y vivir la aventura de ser libre. Traído por la tormenta y separado por siempre de su familia decidió quedarse hace muchos años en Altea.
Esa Tierra de agua salada y campos de naranjos. Esa Tierra de caminos y de pescadores.
Esa Tierra que desde niña me robó el corazón y que no tengo la mínima intención de pedirle que me lo devuelva.
Antes de ir, has de pensarlo bien, te vas a enamorar.
Abril, 2021
Claudia Delgado Gómez-Jordana
Gracias Claudia por compartir esta hermosa semblanza de tu querida Altea, un lugar del que todos guardamos entrañables recuerdos y donde afloraron muchos de nuestros sentimientos. Altea, tan bonita, tan emblemática, y tan querida por toda la familia.
Un abrazo grande, no dejes nunca de escribir, y ¡Feliz día del Libro! para ti y para todos.
Una descripción muy auténtica de nuestra querida Altea y sus amaneceres… incluido el cisne que va de playa en playa y vuelve al rio. 🥰
Lo importante de la lectura.
Me han dolido hasta los oídos!