(Pinturas de Josef Israëls)
Unidos desde niños eran inseparables,
jugaban en la tierra y a remontar el aire.
Navegaban con velas de barco imaginadas,
exploraban las selvas y subían las montañas.
Eran adolescentes cuando se enamoraron,
descubrieron un día la emoción de sus manos.
La ternura de un beso aún recién deseado,
retozar en el césped apenas germinado.
Y, caminaban juntos y, hacían las mismas cosas,
compartían sus dos mundos del todo inexplorados,
dejaban para luego los sentimientos malos,
sólo hay felicidad cuando estoy a tu lado.
Poco después, la guerra dejó todo arrasado,
no había trabajo alguno, ni pastos ni ganado.
Él tuvo que marcharse en busca de un futuro,
vendría después por ella, para emprenderlo juntos.
Espérame mi amor, espérame mi vida,
yo volveré a buscarte cuando encuentre salidas.
Y, juntos pasaremos el resto de los días.
Espérame mi amor, espérame mi vida.
Ella seguía aguardando, el tiempo transcurría,
su rostro se fue ajando, su amor nunca venía.
Pero siguió esperando…, sin él no concebía
llevar un velo blanco ni gozar de la vida.
25 diciembre, 1998
Ana María Pantoja Blanco
Ternura en un amor más idealizado que real, quizás 🌷
Esperar es difícil, yo espero en Dios cada día.
Esperar en ti.
Difícil se que es tu siempre has sido fiel me has sostenido pero mi corazón confiado está en ti. Y esperaré en la tormenta aunque la vida me atormente yo esperaré pacientemente, yo se que tienes el control.