Es la historia de una aventura fascinante,
un cuento que escribió a los siete años y
que, sólo conserva perdido en sus recuerdos…
Un hermoso cuento de bordes troquelados
y preciosos dibujos de vivaces colores recortados.
¡¡¡Un fantástico mundo proyectado
que la niña pequeña ha diseñado!!!
Protagonista, un intrépido pirata deslenguado…
Bucanero por una sola pierna sustentado
con brillante bota roja de calzado.
Y en la otra, por una pata de palo apuntalado
que reemplaza el almuerzo de un voraz tiburón imaginado.
El corsario recorre incansable los mares…
Armado de colosal trabuco y gastada casaca uniformado,
hay un solo objetivo que le mantiene siempre obsesionado
intentar la captura del insolente escualo
que destrozó su miembro
y le clama venganza su honor mancillado.
Pues su reputación burlada se acongoja y su razón se enoja,
cuando recuerda airado y enfadado que no puede calzar
su codiciado y deslumbrante par de botas rojas.
¿Su barco es galeón, fragata, bergantín o goleta?
¿Y qué más le da eso a la
chiquilla rubia de graciosas coletas?
Es un grandioso navío armado con temibles cañones
que navega arrogante surcando el mar a toda vela…
Y en el mástil alzada como negra bandera,
la indomable, forajida, desafiante y fiera calavera.
Y su tripulación, al insaciable son
de los viles compases de un barril de ron,
dispuestos con cuchillos y sables…
Gritan todos a coro: ¡al abordaje!
Singular ingenio y espontáneo coraje
contienen el estribillo de todos sus personajes…
Y ella, con los piratas, navega recreando increíbles viajes.
Un lápiz por timón siempre la conducía,
a esos mundos creados por su gran fantasía,
en los que tantas aventuras y tesoros descubría.
Y, este último tesoro lo ha encontrado
en un cofre cautivo y olvidado que
en la Isla de la Infancia había enterrado.
19 septiembre, 2014
Ana María Pantoja Blanco
Los piratas me fascinan, bonito poema. 🦈
…. precioso, bonito y muuuy pirata, …. solo te falta ponerle música para estar al lado de Sabina («La del pirata cojo») y J.M. Serrat («una de piratas»)
Ana, muy bonito y evocador de nuestra infancia. Los piratas «malos» Siempre han tenido un encanto especial para los niños/as.
Jugar a piratas era como poder ser temible e inventar maldades sin fin sin que pasara nada.
Lo has descrito tan bien que era imposible no imaginarselo.
Muchas gracias