(«Mujer planchando» – 2007 – José Antonio Zaragoza)
La compasión me invade al contemplar este cuadro que me ha contado tantas cosas, y que me ha hecho sentir el profundo cansancio de esta mujer hermosa.
Qué gran peso soportado en sus hombros, cuánta melancolía esconde su belleza.
Cuánto llanto en su cara encierra su entereza y cuánto sacrificio desmedido habita en su cabeza.
Con que resignación sus manos firmes sostienen la plancha con fuerzas de flaqueza, que salen de sus brazos donde mueren sus quejas. Ahogando sus lamentos, fundiéndose en sus penas.
Sólo con la esperanza de poder un mañana soltar la angustia que le inquieta, esas cargas ingratas que empañan su humillada nobleza.
(«Mujer planchando» – 1930 – Roberto Fernández Balbuena)
Es el destello del colapso que enciende sus tristezas, sólo se atisba un ápice esa luz plateada que ella misma refleja con su mirada quieta.
Cuántos años de lucha para sacar a su niño adelante, sin padre que la ayude, sin otras manos que la apoyen y la aguanten.
El partió de su casa, la injusta guerra le esperaba… Cayendo prisionero desapareció un día, después nada de nada. Nunca tuvo noticias de ese a quien tanto amaba.
Sólo le alienta el hecho que su hijo crecerá y que sus sacrificios se recompensarán. Aliviada su carga regresará el sosiego, el perdido descanso y la tranquilidad.
Un día amanecerá. El sol calentará y le devolverá esa ilusión perdida que la deslumbrará.
Pronto llegará el día que el volverá a buscarlos, y llenará su hogar de luz, de mucho amor y paz.
21 noviembre, 2020
Ana María Pantoja Blanco
(“Mujer planchando”- 1904 – Pablo Ruiz Picasso)
El cuadro de Picasso es el que más me gusta 👍
Una historia muy emotiva, que bien podría haber sido real.
Una vida de duro sacrificio donde habita la esperanza, que es el motor que siempre nos impulsa hacia adelante.