Un hermoso poema cayó de su bolsillo,
no se sí esperando ser recogido o, buscando un soñador para
poner en marcha sus poderosas armas de pura seducción.
Creo que tenía planeado llenarle de suspiros hasta llegar certero al corazón,
a veces llorando de alegría o dando gritos de dolor.
Dando consuelo a la razón perdida, esperando a un ladrón
que lo guarde en sus manos en espera de su restitución.
Mirándole a los ojos, para reconocer la esencia de su contemplación,
alegrándole el camino con brotes de belleza y amor.
Yo creo que quiso emprender un largo viaje hasta llegar a un espíritu sensible,
donde poder alojarse orgulloso de su gran perfección.
La poesía está viva, se esculpe verso a verso,
rescatando la enjundia de la mano que escribe para llegar al alma
y conseguir salvarla con compasiva persuasión.
Estoy segura ahora de lo que ese verso suelto trataba de impulsar buscando un soñador,
ser el gran argumento y ser el propio centro,
el verdadero objeto que imprimirá la huella de su fascinación.
Un hermoso poema cayo de su bolsillo
buscando un soñador…
13 abril, 2021
Ana María Pantoja Blanco