Un último examen, una biblioteca,
y una cara bonita, que me observa
y desconcierta, muy bella,
pero que no sé lo que piensa.
¿No la deseo y me engaño,
o la deseo y soy franco?
Es lo segundo, lo es con todas mis fuerzas.
Está ausente en mar abierto,
pero no es posible entrar en su navío.
Quizá sea un príncipe
noble y afortunado
quien la lleva.
Creo que te amo, muñeca.
Pero no volveré a verte,
nunca sabré tu nombre.
Ni siquiera he hecho un amago.
Y ella sigue concentrada en algo,
y yo hago que sigo concentrado en algo.
En ella.
No sé si soy un cobarde o muy correcto
por no molestarla, por ser como el resto,
educado y civilizado,
callado…
Pero me quedo con la esencia
de la belleza y de la estética.
14 junio, 2004
Miguel Delgado Pantoja
Es muy hermoso Miguel, gracias por compartirlo.
Bellas letras y preciosa sonrisa la de tu musa de biblioteca 📚
Bonito poema, dan ganas de volver a la universidad.
Sigue escribiendo sobrino.