Junto al mar, de José Hierro
Si muero, que me pongan desnudo,
desnudo junto al mar.
Serán las aguas grises mi escudo
y no habrá que luchar.
Si muero que me dejen a solas.
El mar es mi jardín.
No puede, quien amaba las olas,
desear otro fin.
Oiré la melodía del viento,
la misteriosa voz.
Será por fin vencido el momento
que siega como hoz.
Que siega pesadumbres. Y cuando
la noche empiece a arder,
Soñando, sollozando, cantando,
yo volveré a nacer.
Frente al Mar, de Alfonsina Storni
Oh mar, enorme mar, corazón fiero
de ritmo desigual, corazón malo,
yo soy más blanda que ese pobre palo
que se pudre en tus ondas prisionero.
Oh mar, dame tu cólera tremenda,
yo me pasé la vida perdonando,
porque entendía, mar, yo me fui dando:
“Piedad, piedad para el que más ofenda”.
Vulgaridad, vulgaridad me acosa.
Ah, me han comprado la ciudad y el hombre.
Hazme tener tu cólera sin nombre:
Ya me fatiga esta misión de rosa.
¿Ves al vulgar? Ese vulgar me apena,
me falta el aire y donde falta quedo,
quisiera no entender, pero no puedo:
es la vulgaridad que me envenena.
Me empobrecí porque entender abruma,
me empobrecí porque entender sofoca,
¡Bendecida la fuerza de la roca!
Yo tengo el corazón como la espuma.
Mar, yo soñaba ser como tú eres,
allá en las tardes que la vida mía
bajo las horas cálidas se abría…
Ah, yo soñaba ser como tú eres.
Mírame aquí, pequeña, miserable,
todo dolor me vence, todo sueño;
mar, dame, dame el inefable empeño
de tornarme soberbia, inalcanzable.
Dame tu sal, tu yodo, tu fiereza,
¡Aire de mar!… ¡Oh tempestad, oh enojo!
Desdichada de mí, soy un abrojo,
y muero, mar, sucumbo en mi pobreza.
Y el alma mía es como el mar, es eso,
Ah, la ciudad la pudre y equivoca
pequeña vida que dolor provoca,
¡Que pueda libertarme de su peso!
Vuele mi empeño, mi esperanza vuele…
La vida mía debió ser horrible,
debió ser una arteria incontenible
y apenas es cicatriz que siempre duele
El mar triste, de Antonio Machado
Palpita un mar de acero de olas grises
dentro los toscos murallones roídos
del puerto viejo. Sopla el viento norte
y riza el mar. El triste mar arrulla
una ilusión amarga con sus olas grises.
El viento norte riza el mar, y el mar azota
el murallón del puerto.
Cierra la tarde el horizonte
anubarrado. Sobre el mar de acero
hay un cielo de plomo.
El rojo bergantín es un fantasma
sangriento, sobre el mar, que el mar sacude…
Lúgubre zumba el viento norte y silba triste
en la agria lira de las jarcias recias.
El rojo bergantín es un fantasma
que el viento agita y mece el mar rizado,
el tosco mar rizado de olas grises.
“Infinitas e inmortales, las aguas de las playas son el principio y el fin de todas las cosas en la Tierra” (Heinrich Zimmer)
Precioso hermana. El mar triste de te vas Alfonsina vestida de mar. El mar Mediterráneo de Juan Manuel Serrat. El mar Caribe donde navegaron los conquistadores y piratas. El mar de Boston donde se ahogaron los pescadores en la tormenta perfecta. El Mar Rojo que atravesó Moises y su pueblo, y que dividió Dios para salvarles de los egipcios. El mar Ártico en el cual se hundio el Titanic. Y el mar que cruzan los cubanos buscando libertad. El mar que no cuidamos y esta lleno de vida. El mar lo creó Dios y en el pricipio el Espíritu Santo se movia sobre las aguas.
Qué preciosas palabras Beli, son en sí un hermoso poema…
Te quiero mucho hermanita, un abrazo grande.
Qué hermosos, no sé cuál me gusta más?
El mar es tan hermoso.
Yo no puedo dejar pasar mucho tiempo sin ir a ver el mar, respirarlo, sentirlo, me da mucha vida.
Y a mí amiga, el mar transmite deseo de libertad, de transcendencia y ganas de vivir.