Cristo de Medinaceli

Nuestro Padre Jesús de Medinaceli es una talla del siglo XVII creada en el taller sevillano del maestro Juan de Mesa, aunque no se puede confirmar con seguridad quien fue su verdadero autor. La imagen representa al Ecce Homo en la escena de la Pasión en que Jesús es presentado al pueblo por Poncio Pilatos. El Cristo estuvo confinado, fue rescatado y hasta exiliado a Ginebra para protegerlo durante la Guerra Civil. Tras toda esta serie de avatares se encuentra expuesto al culto en la Iglesia de los Padres Capuchinos, ubicada en la calle Jesús, en el Barrio de las Letras de Madrid, dominando el templo desde su oratorio.

La imagen del Cristo despierta gran devoción en los madrileños que lo visitan todos los viernes del año. Y, cada primer viernes de marzo, la imagen abandona su camarín para recibir a multitud de devotos que acuden a enaltecerlo para cumplir con el tradicional besapiés.

El Cristo de Medinaceli es un símbolo cristiano que forma parte del patrimonio cultural de nuestra ciudad y al que muchos madrileños rinden veneración. Es sacado en procesión los Viernes Santos, hoy por fin saldrá después de dos años recluido por la Covid19, para que miles de ciudadanos de Madrid puedan rendirle homenaje.

15 abril, 2022
Ana María Pantoja Blanco

Himno a Nuestro Padre Jesús Nazareno de Medinaceli

​Padre Nuestro Jesús Nazareno
Rey eterno de amor y de paz;
Reina siempre en tus fieles Esclavos
y del mundo, Señor, ten piedad.

​Al llegar hoy a tus plantas,
te adoramos reverentes
suplicándote fervientes
que guarde el Mundo tu Ley.

​Nosotros Jesús amado,
mientras la tierra pisemos,
esclavos tuyos seremos,
y Tú, Señor, nuestro Rey,
y Tú, Señor, nuestro Rey

​Padre Nuestro Jesús Nazareno,
Rey eterno de amor y de paz;
Reina siempre en tus fieles Esclavos
y del mundo, Señor, ten piedad.

Besos a los Pies de Jesús

​No es devoción falsa y loca,
traer besos en la boca,
nacidos del Corazón;
Es como mejor se invoca
y a la vez, se otorga un don.

​Así lo dio Magdalena,
dolor y amor en su escena.
Así te damos. Señor,
plegaria, cariño y pena
en todo un beso de amor.