Yo tuve una calle
con un árbol frondoso
que crecía en el hueco de un patio,
como un jardín de risas,
con niños que asomaban a la tapia
para estudiar la vida.
Yo tuve una calle
con aroma de pan y tierra húmeda,
con tiendas de ultramarinos
y ventanas que se daban las buenas noches,
como un universo de estrellas que palpitan.
Yo tuve una calle,
con un portal y una verja
donde esconder los besos
con canciones y con palmas
que llamaban en la noche al sereno,
como la algarabía de pájaros al atardecer.
Yo tuve una calle
que ahora no encuentro
ni en el callejero, ni en los planos,
ni en los paseos cuando salgo a buscarla,
como si Saturno
la hubiera devorado para siempre.
Mayo, 2016
Sergia Sánchez Heras
(Pinturas de Ernest Descals)
Es muy hermoso y nostálgico. ¿Quién no ha tenido una calle que evoca muchos de los recuerdos de su infancia?… muchas gracias Sergia por compartirlo.
Hermoso poema Sergia. Cuantas veces a lo largo de mi vida he recordado pequeños acontecimientos en la calle donde viví siendo niña.
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