Adiós pereza, adiós

La pereza es como quererse morir un poco…

Ahora mismo tengo la cuartilla en blanco y me da mucha pereza rellenarla, pero voy a intentarlo. Sí, estoy convencida, aunque todo lo que me salga sea un sin sentido, pues estoy escasa, o más bien en reserva, de inspiración.

Estoy sintiendo cada vez más esa pereza que me invade y me hace sentir que no valgo un duro. Cada vez me cuesta más reponerme y venirme arriba. Lo achaco al cansancio, pero no es así, es falta de motivación o falta de ganas y, eso me aterra.

Siempre he sido muy activa y, ahora que soy más mayor, voy sintiendo que me falta energía y eso no me gusta. Me voy a poner las pilas porque hay mucho que hacer y muchas experiencias que vivir, no quiero tirar la toalla sumergiéndome en la desidia.

Adiós pereza, adiós. Vete por ahí a darte un garbeo, ya no te quiero conmigo porque me anulas. Desaparece de una vez y no vuelvas nunca, aquí no queda sitio para ti.

Lo primero que voy a hacer es ponerme guapa y salir al mundo. Siempre he sido una mujer simpática, resultona, lucida y con un gran sentido del humor. Tengo que restaurar mi imagen y mi autoestima… ¿en qué absurdo momento me abandoné?

Saldré a la calle con entusiasmo y me fijaré en la gente, siempre me han atraído las personas, soy un ser sociable que no podría vivir en soledad… ¿cómo se puede cambiar tanto por pereza, por falta de estímulo?

También voy a arreglar mi casa que, como yo, está bastante desatendida. Y, después, llamaré a mi familia, hace tiempo que no se de ellos, quizá se hayan olvidado de mí por no ocuparme de mantener una relación activa. El tiempo va pasando y siento que me he alejado demasiado, no pienso permitir que eso siga ocurriendo.

Me ha gustado hablar con mis hermanos, sin saberlo nos echábamos de menos. La rutina te coloca en una dinámica aburrida y sin sorpresas y, eso ya no lo pienso consentir. Hemos quedado para vernos pronto y me voy a esmerar para que estemos tan a gusto como cuando éramos niños. Recobraremos la risa que nos sorprendía a todas horas y la complicidad que nos hacía estar tan unidos.

Se acabó la tele a tutiplén que no aporta ya ni distracción, estoy engordando y me siento pesada e incómoda. Tengo que salir a hacer ejercicio y a disfrutar de la naturaleza que tanta falta me hace. Y, quiero volver a sumergirme de lleno en los libros que me cautivaban, estimulando sobremanera mi imaginación, haciéndome vivir muchas vidas.

Perdonarme libros por haberos abandonado, abandonándome yo.

Hoy he llamado a unos amigos que hace tiempo que no veía, hemos hecho planes para el fin de semana. Pienso poner todo de mi parte para pasármelo bien y recobrar el tiempo perdido.

Adiós pereza, adiós.

Ya no te voy a echar de menos, ahora que he vuelto a vivir no quiero verte ni en pintura…

Ahora, lo que me está dando mucha pereza es morirme.

7 febrero, 2018
Ana María Pantoja Blanco

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