Mentiras o verdades a medias, qué más da al fin y al cabo…
Mentiras que nos prometen todo, un mundo inaccesible en nuestras manos,
un sol ardiente y muy brillante, un cielo claro de azul intenso y deslumbrante…
Mentiras de necesaria lluvia falsa de lágrimas fingidas ocultas en sollozos,
escaramuzas sucias que buscan el perdón, la impostura y, hasta la luna si te empeñas…
Mentiras que alivian el dolor… por un momento nos aclaran las dudas,
pero luego, se tornan en verdades tan severas y duras que
traicionan con saña la sospecha y la confianza desnuda…
Mentiras cobardes que respiras para ocultar errores, con falsa sonrisa disimulas
dañando la moral del teatro de la vida, corazón malvado que fingiendo lastima…
Dime mejor que no me quieres, sin esperanza sufriré pero, no me herirá tu engaño.
Dime la verdad siempre y el dolor se irá pronto, no como la mentira que sobrevive de año en año…
Ahora, eres esclava de tu mentira destructora, alguien dijo: “sí dices la verdad
no tendrás que acordarte de nada” y, serás libre, libre de ocultar y vivir con disimulo.
“La verdad duele siempre, la mentira casi siempre nos mata y la duda, tortura”.
Mentiras me alejan de tu fuego que primero me quema y que luego congela mi corazón
sin sangre. Ahora, tengo el alma vacía… gracias a tus mentiras.
25 octubre, 2016
Ana María Pantoja Blanco
Hermosa prosa poetica amiga mia. Esas mentiras que nos atrapan y nos hacen viajar en reversa todo el tiempo vivido y nos lleva a los tiempos mozos.
Gracias amigo, así es en gran medida. Saludos.
Una definición certera de la mentira y el daño destructor que ocasiona.