Adiós 2020, adiós…
Nadie podía presagiar la tragedia que llevabas contenida en tus adentros y que nos está costando tantas vidas.
Vidas de personas imprescindibles, sobre todo mayores, nuestros queridos mayores que tanto han hecho por construir esta estimada sociedad que tenemos y a quien tanto les debemos. Es insufrible que ahora, desgraciadamente, ni siquiera les hayamos podido acompañar en sus últimos momentos.
Y, otras tantas personas que, aun venciendo la enfermedad, han quedado marcadas con severas secuelas que les han dejado tan dañados que, incluso algunos, nunca llegarán a recuperarse.
Adiós 2020, adiós…
Tú que nos has enseñado a ser humildes porque nos has mostrado lo vulnerables que somos y lo indefensos que estamos.
Tú que también nos has obligado a parar para que nuestro medio ambiente, tan maltrecho y agobiado, pudiera respirar un poco, cosa que hemos podido comprobar en casi todos los rincones de la Tierra.
Tú que nos has enseñado lo importante que es el aire que respiramos, las personas con las que convivimos, el valor que tiene el deporte y, sobre todo, lo importante que es la libertad.
Tú que has concedido tiempo a los padres para que pudieran conocer y disfrutar de sus hijos, algo que la acelerada vida que llevaban nunca les permitía.
Tú, que incluso nos has propuesto algo muy novedoso que, sin duda, ha venido para quedarse, el llamado teletrabajo que, de alguna manera, ha hecho posible que las cosas siguieran medianamente funcionando.
De la misma forma, tú que nos has mostrado la verdadera cara de la solidaridad, haciendo posible que muchas personas y empresas hicieran lo imposible para paliar las carencias de material sanitario, alimentos y toda clase de productos deficitarios para atender las necesidades de las personas más desfavorecidas.
Y, qué decir de la entrega de todas aquellas personas que nos cuidan y nos protegen, a quienes nunca podremos agradecer bastante lo que día a día hacen por nosotros. Ese ha sido uno de los regalos más hermosos que nos has concedido.
Y… ¡Bienvenido 2021!, un año que despierta tantas y deseadas perspectivas porque parece que nos muestra la luz al final del túnel.
2021, que llegas con las vacunas de la esperanza, las que todos ansiamos nos devuelvan la normalidad a nuestras vidas, la auténtica, la que disfrutábamos antes, eso al menos esperamos del añorado optimismo que albergas.
Supongo 2021 que estarás muy asustado por todo lo que la humanidad espera de ti. No podrás devolvernos lo que el 2020 nos ha quitado, pero ante ti se abren múltiples expectativas porque vienes repleto de oportunidades. Aunque, no podemos ni debemos bajar la guardia porque ese odioso bicho sigue ahí, amenazándonos y matándonos, vencerlo todavía nos llevará mucho tiempo.
Y, hay mucha plancha por hacer…, tenemos que recuperar los empleos perdidos, hacer que remonte la economía, promover que retorne el turismo, salvar nuestra hostelería y muchas otras cosas más que sería interminable citar en estas breves líneas.
Para recibirte y homenajearte hemos brindado en la intimidad, ya que esta aborrecible pandemia nos ha impedido reunirnos, y hemos brindado con una confianza firme.
Yo, modestamente, quiero desearos a todos un ¡Feliz año 2021!… el año de la esperanza invencible.
1 enero, 2021
Ana María Pantoja Blanco
Feliz Año, Ana María! Espero que pronto pase tanta calamidad.
Y, con la visita de Filomena, se vaticina que “año de nieves año de bienes».
¡A ver si es verdad!
Muy bien descrito, Ana, todo lo que ha traído la pandemia. Llevamos más de un año como víctimas de ella, no solo por los que han perdido la vida, sino por las empresas y negocios cerrados, por los que han perdido su trabajo, por los que han perdido la esperanza de rehacer su vida anterior. Pero mantengamos viva la esperanza de conservar la salud gracias a las vacunas. Si la salud no fracasa, será más fácil recuperar la ilusión y la energía para luchar. Ojalá que así sea.